El 6 de febrero celebramos el día internacional de tolerancia cero con la mutilación genital femenina como una oportunidad para abordar este problema universal y advertir sobre esta práctica perjudicial.
Pese a que esta costumbre predomina en regiones del occidente, del oriente y del nordeste de África, la mutilación genital femenina también se lleva a cabo en algunos países de Asia y América Latina y continúa persistiendo entre la población migrante de estas zonas. Según las estadísticas de 30 países que proporcionan una medición cuantitativa de la población residente, más de 200 millones de niñas y mujeres se han sometido a este procedimiento, lo cual eleva el número de niñas que se estima que están en riesgo de mutilación genital femenina a más de 3 millones cada año. A este dato se le suma la pandemia de COVID-19, la cual ha supuesto una carga adicional para muchos países en su lucha contra esta costumbre nociva que afecta de manera desproporcionada tanto a niñas como a mujeres.
En respuesta a esta disrupción, nos unimos a todas las instituciones a nivel mundial en un comunicado contra la práctica de la mutilación genital femenina promoviendo labores como la investigación, el trabajo comunitario, así como reivindicando cambios en las políticas públicas con el fin de crear un mundo que permita a niñas y mujeres ser dueñas de sus propias vidas. Creemos firmemente que la eliminación de la mutilación genital femenina requiere de un enfoque coordinado y sistemático, involucrando a las comunidades y poniendo énfasis sobre todo en los derechos humanos, la igualdad de género y la educación sexual.